miércoles, 11 de julio de 2007

Osvaldo Torres no pierde su condición de nortino

Fundador de Illapu radicado en Francia

En París no hay camanchaca ni chumbeques ni flamencos libertarios sobrevolando Atacama, hay fuego pero no existen "llamas" ni alpacas y aún así Osvaldo Torres mantiene su condición de nortino chileno o mejor dicho su condición de antofagastino, igual que el compositor Sergio Ortega, el charanguista de Inti Illimani Horacio Durán, los músicos Roberto y Andrés Márquez, el dibujante Pepo; los escritores Andrés Sabella y Antonio Skármeta, y la artista plástica Lily Garafulic (por nombrar artistas oriundos de ese puerto-campamento-minero que si no amarra, arraiga).

Osvaldo Torres es amante estudioso de las tradiciones de los aymarás (habitantes de las mesetas altiplánicas). Hace 17 años vive en Francia, a pesar de la distancia cuida su herencia de hombre andino, y cuida también la receta de chumbeque -dulce parecido a una galletita rellena de azúcar con limón de Pica, tan delicioso como típico del norte chileno- que llevó a Europa, donde despierta "cada mañana con el olor de la quinua pegado en la piel".

"Siento la brisa que peina la paja brava del altiplano, escucho el llanto triste de las llamas, las voces del mercado de Iquique me perfuman el día, me duelen las tristezas del pampino y a veces hasta me visto con hojas de coca. La condición de nortino no se pierde, sobre todo en esta sociedad donde ser latinoamericano con raíces indígenas es una virtud", cuenta.

Y sigue, pero no para inducir el crimen de la nostalgia, innata a quien habita distante de la tierra que añora, sino por indagar en el "mito" que adjudica el carácter de melancólicos a los hombres andinos.

- ¿Es así Osvaldo?, ¿es cierto que la nostalgia define a los andinos?
- No. la nostalgia no define el carácter de los hombres andinos, define simplemente el carácter de todos los hombres sensibles y humanistas. La diferencia entre todos los hombres y el andino, podría ser que la nostalgia andina es un sentimiento de despojo permanente que hemos ejercido los mestizos con respecto a su cultura, el hombre de los Andes y más específicamente la cultura del Tiahuanaco (aymarás) y más tarde el imperio Inca (quechuas) tienen una nostalgia histórica que tiene que ver con el pasado de sus civilizaciones destruidas por la ignorancia y la bárbara imposición de la civilización judeocristiana más tarde llamada civilización occidental.
Rayo, viajero y el mundo

Osvaldo Torres comenzó en la música junto a los hermanos Andrés y Roberto Márquez con quienes fundó el conjunto Illapu (que significa rayo, en quechua), con ellos presentó su primera pieza musical "Encuentro con las raíces". Después se alistó en las huestes del llamado Canto Nuevo. Trabajó con Nano Acevedo en las peñas de la calle San Diego en Santiago. Estuvo en el Café del Cerro, en el Centro Cultural Mapocho y otros escenarios emblemáticos de la canción que no se redujo al caprichoso mercado. En 1978 por petición de las mujeres de los familiares de detenidos desaparecidos escribió el monólogo "La vigilia para la AFDD", y lo presentó en diversas iglesias. Un año después, con Illapu dio a conocer "El grito de la raza" y más tarde con Claudio "Pájaro" Araya del grupo Huara hizo "Vuelo de pájaros".

En 1985 partió rumbo a Francia, allá desarrolla su música, el cine y la literatura. Le va bien allá, pero añora "los carnavales andinos y la música de Huara.

A Chile no volvió sino hasta el año 1999 para un breve reencuentro con sus compañeros en que presentó su disco "Fósil" placa distribuida en 21 países que incluye "Padre del canto", dedicada a Víctor Jara; "Illampu" (nombre original del grupo Illapu); "La libélula"; "El retorno del ángel", dedicada a Angel Parra en el momento de su retorno a Chile y "Un beso en la mejilla", para Joan Jara.

Parte de sus creaciones son también "De los Andes a la ciudad", (1979); "Levántate hijo", (1980); "Juego de pájaros", (1983); "Cuentos del altiplano", (1984); "Les araucans du Chili", (1995) y "Escarcha y sol" (2000) realizado junto al charanguista de Inti Illimani Horacio Durán.En cuanto a la vida de conjunto, Torres además de Illapu perteneció al conjunto Quilmay. Fuera de Chile integró el grupo chileno radicado en Francia llamado Karumanta, lo demás ha sido su trabajo en solitario, acompañado por músicos del país y del mundo.

"De los Andes a la ciudad" La esencia de Illapu y HuaraCon Illapu la historia es larga, comienza por los años setentas cuando su padre le habló de unos primos lejanos que hacían música.
"En aquellos tiempos gracias a un vecino fanático de Angel Parra yo ya había entrado en el mundo de la Nueva Canción Chilena (NCCH) como escuchador, pero a la vez ya me había puesto a estudiar el charango y la quena, frustrado porque no podía encontrar jóvenes en mi liceo que se apasionaran por esta música un día me fui con mi charango y mi quena a ver a estos primos lejanos. En Aquella época ellos eran unos jóvenes banales que giraban en torno a los show en vivo que organizaba la Radio Cooperativa de Antofagasta. Ahí ellos tenían un cuarteto que se llamaban Los Quintos e imitaban al Clan91 y a los Bric a Brac, también Roberto y Andrés (Márquez) tenían un dúo que no me acuerdo como se llamaba, cantaban las canciones del Dúo Dinámico. Después de largas conversaciones y explicaciones de lo que yo quería hacer un día gracias a la influencia de su madre, decidimos formar el grupo solamente en el periodo de vacaciones de verano pues Roberto estudiaba en Santiago. Bauticé el grupo como Illampu, pero la difícil pronunciación y la ignorancia regional de locutores y periodistas fueron deformando el nombre hasta que finalmente aceptamos el nombre Illapu".

- ¿Qué fue lo esencial de Illapu?
- Fue el periodo en que trabajamos colectivamente forjando un estilo y una forma musical que nos acercara más estrechamente de nuestras raíces, las más profundas del norte chileno, kunzas y aymarás. Hoy ellos han vuelto a sus raíces, y yo inamovible he me quedado en las mías, como quien contempla el horizonte con la certeza que nuestro padre Sol alumbrará nuevamente los cerros nuestros creando vida y luz para los humanos.

-¿Qué rescatas de Huara?
- Los Huara son para mí la única representación musical del Chile de hoy que sostiene una creación empírica capaz de hacer avanzar la música chilena sin pretensiones. La experiencia con Huara, pero esencialmente con Claudio Araya, fue aprender y enseñar en momentos muy difíciles, esto fortaleció mis ansias de crear cultura con la palabra y la poca música que conozco, hasta que el padre viento sople el polvo de lo que pudo haber sido lo material de mi vida.

- ¿Qué es lo fundamental de un músico, aquí o en la "quebrada 'el ají"?
- Escuchar a los otros con profundidad, y ser su primer crítico.

Paisaje y aymarás
- ¿Qué sella la música de los pueblos aymarás?
- La compleja utilización de los instrumentos de vientos tales como la sikuras, laquitas, lichiguayos, tarkas, y que ha sido completamente deformada por ignorancia e información somera, dando nacimiento a una música andina urbana que es una nueva recreación de la música de Los Andes, yo no la critico solamente lo constato, pero esta música no corresponde en nada a la música de los aymarás.

- ¿Qué rasgo distingue a la música andina?
- Hasta hace unos 15 años la música andina practicada por los campesinos y pastores aymarás del norte Chile tenia un rasgo ancestral que la distinguía abiertamente de todas las otras músicas del país, y este era la función comunitaria que esta tenía al interior del ayllú, hoy día este carácter empírico y religioso de su cultura va desapareciendo rápidamente a través de las relaciones desiguales que va teniendo con la modernidad y la globalización del pensamiento humano.

- ¿Qué sentido tiene la música para el andino, que no lo tenga la modernidad o postmodernidad?
- Si te hablo del tiempo pasado, es decir hace 35 años, podría asegurar que en aquellos tiempos la música de Los Andes chilenos poseía características tales como la función comunitaria, como también un carácter religioso ancestral que lo la ligaba directamente a su visión de mundo original y autóctono desconocida para nosotros en tanto que occidentales, esta fue una de las razones fundamentales, por la cuales jamás viaje a Los Andes con una grabadora y lo primero que se vino al espíritu frente a la incomprensión mía en aquella época, fue vivir intensamente el cotidiano de ellos para ir a lo más profundo de su pensamiento autóctono, que en esa época ya me parecía superior en varios aristas al pensamiento nuestro.

- ¿Cuál es la forma de relación de la música y la poesía en los pueblos andinos?, ¿queda algo de eso?
- La razón es utilitaria y religiosa, sin embargo algunos autores aymarás contemporáneos han escapado a este estilo y como la lengua aymará es un idioma complejo y bien estructurado que posee todas las palabras necesarias para construir poesía, podemos encontrar textos de un alto vuelo poético.

- ¿Qué tiene la lengua quechua y aymará que no sea traducible al español?
- La visión de mundo. Es muy diferente un hombre que se levanta temprano en la mañana y agradece el nuevo día a la Pachamama (Madre Tierra) que otro que prende el televisor y el celular. ¿No crees?

Violeta Parra
- ¿Cuáles son las obras mejor logradas en el repertorio musical poético latinoamericano?
- Sin dejar de lado a Violeta, Víctor y Patricio Manns, pienso que las obras más importantes tanto desde el punto de vista del texto como de la música en el contexto latinoamericano para mí son tres y te las doy por orden de importancia: Atahualpa Yupanqui (Argentina), Daniel Viglieti (Uruguay) y Ali Primera (Venezuela).

- ¿Qué identifica lo chileno para ti?
- Si tuviera que hablar de una realidad masiva, tendría que decir la falta de ortografía, la absurda manera de hablar, el periodismo mediocre de la prensa oficial, el roto chileno en toda su extensión, los nuevos ricos de pacotilla, el patriotismo, el racismo contra los hermanos latinoamericanos que vienen a nuestro país a buscar nuevos horizontes (peruanos, argentinos, ecuatorianos etc.).

- ¿Quiénes son las figuras paradigmáticas en la creación musical en Chile?
- De los ancestrales me quedo con Violeta y Víctor, y de lo joven me fascina el grupo Entrama y Vejara. Piezas claves son "Plegaria para un labrador" (Víctor Jara) y "Elegía para una muchacha roja" (Patricio Manns).

- ¿Cómo miras la escena musical en Chile hoy?
- Aparte de Huara, Vejara y Entrama conozco muy poco, pero en todas las oportunidades que he tenido de visitar Chile encuentro que los artistas siguen pegados en el concepto concierto y no han pasado al espectáculo que es la etapa superior de la escena sobre todo en el canto, también con algunas raras excepciones, me da mucha tristeza la corriente Silvio Rodríguez, que la encuentro muy vieja y fuera del contexto nacional.

"Hasta el último soplo"
En los últimos años, Osvaldo Torres concretó la música de un documental sobre la Filipinas para la TV francesa y la música de un CD de cuentos para niños titulado "Cuentos de la Quebrada de Humahuaca", además comenzó a grabar su primer disco como solista para el mismo sello de Carla Bruni y otros destacados cantantes.

Es un artista inspirado por "las ganas de hacer luz, de abrir puertas, de vivir en la duda, de cuestionarme y cuestionar, de enfrentarme al pensamiento único, a la uniformidad, de bogar por la diversidad, de sentirme comprometido con mis semejantes". Nutre su creación de la lectura tanto etnográfica como literaria y de toda la música del mundo, por ahora investiga la música de zampoñas de la Isla Salmón en el Pacifico Sur.

- ¿Qué valoras en el texto de una canción?
- Los vuelos poéticos sublimes, esos que no se quedan en el inmediatismo, aquellos que buscan la palabra exacta que se encuentra justo en el medio entre el espíritu y la materia.

- De tu repertorio ¿qué obras te parecen bien logradas, y cuales han resultado un desastre?
- El "Encuentro con las raíces" que hiciéramos con el Illapu en el año 78 y que muy pronto saldrá en Chile y "La Vigilia", obra escrita para la asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. La obra que me parece la menos lograda y por la cual el grupo Illapu obtuvo el Premio Altazor sin ni siquiera comunicármelo, es "El grito de la raza", desgraciadamente Illapu la publicó con varios errores de juventud tanto en plano gramatical como también en lo etnográfico, a pesar de mis muchos llamados y cartas para impedir esta aberración. Pero en el país de los ciegos el tuerto es Rey.

- ¿Cómo ha ideo variando tu relación con el texto en la creación, es decir como te enfrentabas a ellos en tus inicios y ahora?
- La relación con texto es para mí una ocupación esencial, puesto que hombres como Patricio Manns, han llevado el texto de la canción a un sitial extremadamente alto y creo que es necesario tratar de alcanzarlo con todo el espíritu.

- ¿Cómo ha influido Francia en tu creación?
- Enormemente pues estoy abierto a todas las proposiciones y mis experiencias aquí han sido múltiples y ricas de la musicalidad de otros universos tales como la música Africana como también la Árabe.

- ¿Por qué te fuiste de Chile?
- Por amor, porque en los ochentas comenzaron a aparecer los que antes nunca estuvieron, y porque soy un enemigo del cueteo político, que es el deporte mas practicado en Chile hoy.

- ¿Qué tendría que suceder para que volvieras a vivir acá?
- Tendría que estar seguro que el Estado chileno me reconoce los años que llevo haciendo luz y da una jubilación digna para seguir creando hasta que me quede el ultimo soplo de vida.

(2004 / Milena Bahamonde)

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